La madre naturaleza.
Érase una vez una flor, que estaba en el campo, los
domingos solían ir una pandilla de amigos y los jueves un señor que amaba las
flores. Los jueves, la flor y sus amigas flores estaban muy felices porque
ese señor al que le gustaban mucho las flores las trataba con mucho cariño y
amor. Los domingos, en cambio, la planta y sus compañeras lo pasaban mal, porque
esa pandilla de amigos iban a comer y, en vez de tirar los desperdicios a la
basura, los tiraban al suelo sin ningún tipo de respeto por la naturaleza y los
seres vivos.
Un domingo, la madre naturaleza los castigó, ya que cayó una gran tormenta. El domingo siguiente también los castigó, porque granizó y al siguiente fin de semana, diluvió. La pandilla de amigos estaban tristes, porque no podían ir al campo a pasar el día y pensaron que fue su culpa por tirar sus desperdicios al suelo y que la madre naturaleza los estaba castigando. En cambio, los jueves, eran soleados y calurosos, en forma de agradecimiento al señor que amaba las plantas. El cuarto domingo, los amigos fueron al campo, pero aprendieron la lección y no tiraron ningún desperdicio al suelo. La madre naturaleza no volvió a poner ningún domingo con mal tiempo.
Un domingo, la madre naturaleza los castigó, ya que cayó una gran tormenta. El domingo siguiente también los castigó, porque granizó y al siguiente fin de semana, diluvió. La pandilla de amigos estaban tristes, porque no podían ir al campo a pasar el día y pensaron que fue su culpa por tirar sus desperdicios al suelo y que la madre naturaleza los estaba castigando. En cambio, los jueves, eran soleados y calurosos, en forma de agradecimiento al señor que amaba las plantas. El cuarto domingo, los amigos fueron al campo, pero aprendieron la lección y no tiraron ningún desperdicio al suelo. La madre naturaleza no volvió a poner ningún domingo con mal tiempo.
Esto de misma manera ocurre con las personas, al sufrir,
sentir alegría e ira.
Samuel.
¡Muchas gracias, Samuel! Es una buena lección y reflexión.
ResponderEliminar