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Mostrando entradas de junio, 2021

Menú de la felicidad

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  Hecho por Iván Santamaría, Jorge Sánchez, Feliciano Hueso y Samuel Moreno.

Cuento sobre la envidia

  Un día a la entrada del instituto, estaban los ”enamorados” agarrados de la mano, entraron al instituto y estuvieron toda la mañana juntos, no atendieron a las clases de Economía e Historia y aun así sacaban mejores notas que yo. Eso me hizo cogerles más asco y rabia todavía. Desde ese momento ya planeaba diferentes tipos de tortura para ellos, lo escribía todo en mi diario, pero solo lo pensaba. Un día nos invitaron a todo el instituto, a una fiesta en casa de un amigo mío, yo estaba un tanto contenta, pero también enfadada, porque iba a ir la parejita del curso. Al llegar la noche, me dirigí a la casa de mi colega. Comenzó la fiesta, la empecé floja tomándome una copa, después otra y así durante una hora. Ellos se fueron a una habitación y, por lo que parecía ser, iban a hacer el acto sexual, bien dicho. ¿Cómo llegué a esa conclusión? Muy fácil, en mi cara me dijeron:”Como eres una fracasada que va a estar sola toda su vida” y me pidieron que les diera unos condones y yo borracha y

Miedo

  Miedo Chernobyl, 1990. Mi grupo de agentes del FBI y yo acompañamos a un grupo de científicos que habían venido a llevar a cabo investigaciones. Nos habían ya avisado del riesgo de la expedición, pero aun así, sin dudarlo, aceptamos la misión. Nos aproximamos a la escalofriante central nuclear, sin duda parecía sacada de una película de terror. Los científicos habían venido a investigar un resto radiactivo en específico, el pie de elefante como lo habían bautizado. Según investigaciones anteriores, solamente 200 segundos de estar a suficiente cercanía del objeto, podía ser letal. ¡200 segundos! Solamente la idea me ponía los pelos de punta, pero, por suerte, íbamos preparados. Nos adentramos en la central, y cada vez nos acercábamos más al pie de elefante. Pero, de repente, oímos un ruido extraño y fuerte. Alzamos la mirada al techo y vimos un trozo de un reactor que se había despegado, bajando y a punto de estrellarse contra nosotros. corrimos como ninguno antes habíamos corrido y c

Cuento tristeza

  EL ENTIERRO DE LA VACA Una mañana, yendo a visitar a mis abuelos a su casa por su cumpleaños, el coche de mis padres chocó en la carretera con una vaca lechera a la que le faltaba una pata. Mi padre iba entretenido cantando “La vaca lechera” y entonces atropellamos a la vaca. Me dio mucha pena y obligué a mis padres a llevarnos a la vaca lechera muerta para organizarle un entierro. Íbamos llorando por el camino.  Llegando al cementerio de las vacas, nos estrellamos contra una camioneta. Días después desperté en un hospital y las enfermeras me dijeron que mis padres habían muerto. Mi hermano se encontraba en la UCI y entré en una depresión profunda, no podía parar de llorar y decidí ir al psicólogo. Ni Viki Medina, la psicóloga, podía ayudarme y acabé en un psiquiátrico y mi hermano muerto. IRENE AVILÉS, VICTORIA MEDINA, IVÁN SANTAMARÍA Y NATALIA LÓPEZ